Fue por primera vez en los años 70’s que se mencionaron los efectos benéficos a la salud de la dieta mediterránea, a partir de un estudio conocido como “Estudio de las Siete Países”. Desde entonces se ha confirmado que la prevalencia de enfermedades inflamatorias crónicas (tales como cáncer, artritis e hipertensión) en los países mediterráneos es la más baja en el mundo, lo que ha llevado a analizar sus componentes y patrones de alimentación. Uno de los más importantes por ser la fuente de grasas más abundante en esta dieta es el aceite de oliva, el cual fue reconocido como un potente agente farmacológico por los médicos griegos de la antigüedad. Hipócrates por ejemplo, menciona aproximadamente 60 padecimientos que pueden curarse con el consumo de aceite de oliva. En la época moderna se ha generado un gran cuerpo de evidencia científica que sustenta los beneficios de este producto en la enfermedad cardiovascular, cáncer, función endotelial, hipertensión e incluso en la obesidad.

Además de las grasas “buenas” del aceite de oliva, de las cuales se tiene vasta información, en particular el aceite de oliva extra virgen contiene aproximadamente 36 compuestos fenólicos, los cuales son compuestos químicos con propiedades antioxidantes y antimicrobianas. Los principales fenólicos identificados en este producto son la oleuropeina y el oleocantal, los cuales han demostrado tener propiedades anti-inflamatorias significativas en humanos.

Por ejemplo, el oleocantal tiene el mismo mecanismo anti-inflamatorio que el medicamento ibuprofeno (un anti-inflamatorio no esteroideo), y la evidencia sugiere que tiene una potente acción farmacológica en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, tales como la enfermedad de Alzheimer. Por otra parte, la oleuropeina tiene efecto en el tratamiento de diversos tipos de cáncer, tales como seno, mieloma múltiple, de próstata, de páncreas y melanoma cutáneo maligno.

En otras investigaciones se demostró que los fenólicos del aceite de oliva extra virgen combaten la disfunción endotelial y reducen los parámetros de estrés oxidativo en el plasma, los cuales tienen un rol principal en el desarrollo de la aterosclerosis.

Asimismo, estos compuestos son capaces de influenciar la expresión de los genes relacionados con la obesidad, al reducir el tamaño de las células de grasa (adipocitos). También se ha observado que los fenólicos antes mencionados protegen contra la acumulación excesiva de grasa asociada al estrés oxidativo sistémico, así como en el síndrome metabólico. Sin embargo, en este caso en particular es necesario realizar estudios clínicos en humanos para soportar la evidencia de los estudios en células y en animales.

Los mecanismos de acción a través de los cuales los compuestos fenólicos derivados del aceite de oliva extra virgen influyen en diversos parámetros de salud explican la menor incidencia de enfermedades inflamatorias crónicas en la población residente en la región Mediterránea, quienes consumen elevadas cantidades de aceite de oliva extra virgen en sus dietas diarias.

FUENTE:

Parkinson, L., & Cicerale, S. (2016). The Health Benefiting Mechanisms of Virgin Olive Oil Phenolic Compounds. Molecules21(12), 1-12. doi:10.3390/molecules21121734